terça-feira, 31 de julho de 2012


Itacaré
Fue difícil llegar y ahora también partir. Es que nos identificamos mucho con este lugar. Llegamos hace 3 semanas más o menos y primero para entrar pedimos la ayuda de Reuben que como ya saben prefiero prevenir que lamentar... entonces no tengo problema en pedir ayuda. Es que cuando uno llega tiene que tener cuidado con las olas cerca del farol y hay varios bancos de arena. Él nos guió hasta dentro del rio que fue mucho mejor porque estamos en un lugar que de tan parado parece como si estuviéramos en tierra firme, y después de Ilheus que era todo lo contrario estamos muy cómodos.
Bueno, acá hay de todo para hacer, hay un montón de tiendecitas con ropa de la índia, camisetas, artesanías locales y de la índia etc. Los artesanos también son muy buenos, los que trabajan haciendo aretes, collares y los que trabajan con las hojas del coco. Es increíble la cantidad de cosas que se hacen con el coco, son azafates, lámparas de todo tipo, lindas.
Itacaré tiene muy buenos lugares para comer. Cuando llegué hice mi lista de todos los lugares que quería probar, ya estamos casi tres semanas y creo que falta muy poco por probar... Todo en general muy rico. Se destaca para mí, el restaurante Estrela Dalva, que encima tiene excelentes precios, inclusive el pf (prato feito) por R$10.  La crepería del Tio Gu, también es buenísima. Se puede decir que en general la comida por acá es más barata que en otros lugares y yo creo que es porque el público turista es principalmente joven, muchos mochileros y extranjeros. El ambiente es muy bueno, todo el mundo se saluda, te haces amigos rapidamente. Ricardo se hizo amigo de Leo (brasilero) mientras corría tabla y después conocí a su esposa, Martina (holandesa), super buena gente. Ahora nos vemos siempre y ya nos reunimos inclusive en el barco haciendo parrilla y preparé un ceviche que finalmente me salió muy bueno (gracias a los consejos de mi cuñado, Pato).
Acá también es difícil quedarse  en el barco, acaba que todos los dias hay algun programa.  
Ya fuimos a la cascada de Cleandro con nuestros amigos del velero Snacht que conocimos en Santo André, Michel y Bert, de sudáfrica. Reuben nos llevó. Pasamos por médio del manglar en una canoa para después caminar un poco y llegar a la cascada, linda. Vale la pena.
Fuimos a Jeribucaçu, que es una playa más distante. El río forma una laguna antes de llegar al mar. Hay quioscos que preparan pescado a la parrilla y farofa (harina de yuca mezclada con plátano y condimentos). Después de la playa y el almuerzo subimos por el manglar para llegar a una cascada llamada ¨Cachoeira da Usina¨, linda también y la caminata es bien interesante. Estas cascadas son de propiedad particular, por lo que hay que pagar generalmente 5-10 reales para entrar.
Otro día fuimos a Engenhoca con nuestros amigos Leo y Martina y su hijito Noa. Esta es una de las playas más bonitas. En realidad las playas de Itacaré son preciosas, uno no sabe decir cuál es mejor. Hay playas al lado de la ciudad, como Resende, Tiririca, da Costa, Prainha, Concha y otras que es necesário ir en carro o bus. Se para en la carretera y se camina unos diez minutos en médio a la vegetación, todo con sombra, lo que deja la caminata super agradable e interesante.
Conocimos también a Claudio, que fue super hospitaleiro y nos llevó a su propiedad en Itacarezinho, otro paraiso. Fue lo máximo, la vista que se tiene de lo alto en un mirador es espectacular. Un río va llegando al mar en medio de los coqueros, la arena blanca, en fin lindo. Después fuimos a su hacienda donde colectamos cacau, que es riquísimo. Nunca había comido, pensaba que era amargo por el chocolate, pero no tiene nada que ver, se parece más a la guanábana, dulce y un poco ácido. Quien nos guió fue el ¨dotor¨, un señor que trabaja para Claudio hace 20 años y es una persona muy singular. Colectamos también plátanos, y genipapo (un fruto también típico del que se hace un licor y un dulce muy bueno). El dotor preparó un café en una cocina al estilo chacra, una fogata encima de una caja de arena y una parrilla para poder colocar la olla con el agua. Fue un paseo diferente e interesante.
Otro paseo que hicimos, gracias a la gentileza de Claudio, fue a Pratigipe. Es otra de sus propiedades, al norte de Itacaré unos 90 km.  Èl no pudo ir entonces nos prestó su carro y fuimos con el dotor como guía. Un lugar también lindo, entre el rio con los manglares y el mar. Fuimos caminando hasta un punto donde el río sale y encuentra el mar. Todo lleno de coqueros, lindo. Acá la colecta fue de coco. Es tanto coco que hasta el burro que de la chacra toma 10 cocos por día y no acepta tomar agua!
 Acá en la Bahia es así hay abundancia de frutos, de gente simpática, siempre con una sonrisa, dispuestos a ayudar y conversar, playas lindas y el clima super ameno. Siempre que llueve para al poco rato, y sale el sol y muchas veces hay arco iris. Ahora veo porque siempre oí hablar tanto de la Bahia.
Las noches en Itacaré también son super animadas. Además de los restaurantes con música al vivo, hay dos bares Jungle y Favela, que son el point. Al comienzo de la noche colocan sus puestos con todas las frutas posibles para ofrecer caipirinha y más tarde comienza la música, que puede ser rock, regge o forró. Recientemente abrió al lado otro bar, Espaço Aberto, de nuestro amigo Claudio, especializado en forró (es un ritmo típico de nordeste que se baila en pareja). La gente se queda hasta las 3-4 de la mañana todos los días.
Ahora esta semana estamos preparándonos para partir. Ricardo instaló una pieza, el silenciador, que dio problema nuevamente. Mañana vamos entrar por el rio para colocar agua en los tanques. Hay una manguera que sale directo del bosque con agua cristalina. Todos los pescadores van y llenas sus tanques con esa agua. Nosotros vamos a hacer lo mismo.
Ayer recibimos una visita sorpresa de nuestro amigo y vecino en el club Jurujuba, Gilson. Estábamos esperando encontrarnos con él porque él iba a partir después que nosotros junto con el grupo de la Costa Leste (una caravana de barcos que parten juntos de Rio y van hasta Salvador), sólo que no sabíamos cuándo. Èl vino desde Ilheus en carro, con su amigo Rogerio. El grupo no va a parar en Itacaré, ellos van directo a Camamu.
Las vacaciones de los niños acabaron y hoy retomaron sus estudios. Ni modo, algo de trabajo hay que tener no?
Bueno escribiré más tal vez ya en Camamu, hasta pronto.


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